
La tienda de antiguedades estaba abarrotada de hermosos objetos, pero ninguno llamó tanto mi atención cómo aquel espejo: en él se relejaba la imagen de una anciana... Guardabamos un extraño parecido.
No quise comprarlo. Temí saber demasiado en una sola mirada.
A veces ni en el espejo somos capaces de soportarnos la mirada...
ResponderEliminarBesos muchos
El espejo no siempre da el reflejo que estamos dispuestos a ver.
ResponderEliminarSaludos
La imagen que nos dan los espejos es más real que la que creemos tener.
ResponderEliminarun beso
M.
Me gustó mucho este microcuento...Hay quien prefiere cerrar los ojos a la realidad.
ResponderEliminarBesos
Es mi primer paso por este tu rincón, y mis huellas encajaron en sonrisas nada más entrar. Volveré!!
ResponderEliminarMe encantó el cuento... tan real como el miedo, como el paso del tiempo, como la aceleración de los relojes en los rostros.
Un saludo en espiral
Wow.. tengo una pregunta, e dónde sacas las historias.. Que me fascinan y me hacen viajar a toda la historia, con tan pocas palabras...
ResponderEliminarUn abrazo.
Odio verme al espejo, ya que me saca de mis dudas y temores, no como yo quisiera!!
ResponderEliminarPuede ser tu aliado o tu peor enemigo...
un beso amiga..
Con sal en los labios Todos los cuentos del mundo están ya escritos, ahí, en la Fuente. Coges los que quieres. Yo suelo coger dos a la semana.
ResponderEliminarUn beso
fenomenal....me encanto tu blog, como adicto a los cuentos, me pareció muy fresco, las imagenes chulisimas.
ResponderEliminarun abrazo
Una especie de puerta de Akasha?. Ahí está todo sin espacio ni tiempo.
ResponderEliminarUn beso
Ufff...con lo bien que lo cuentas, compro...compro...
ResponderEliminarB x C