
Pese a haber sido embrutecidos con las más bajas pasiones, tal cómo marcaba la ley vigente, aquellos seres conservaban la mirada bovina que solo reflejan las mentes silenciosas. La mezcla resultante recreaba unos ciudadanos perfectos (parecidos a los que les habían encargado justo después de la campaña de Navidad que, por cierto, había sido un éxito) por lo que la patente se hizo de dominio público y se implementó en las escuelas y guarderías.
También la televisión adoptó el nuevo modelo.