En general había cierto recelo por todo lo blando y todo lo que no había sido esculpido por las máquinas de embellecer. Ni culo blando, ni cara blanda, ni alma blanda, ni mano blanda. Una especie de "recreos" facilitaban que esta gimnasia endurecedora-moldeadora pudiera practicarse en el trabajo y de este modo asegurar la buena salud de todos los trabajadores; allí se daba especial importancia a la dureza del rostro.
Pese a todo, la cara no debía ser demasiado dura en ningún caso ni contexto. Había normas específicas al respecto y se habían creado distintos métodos de medición para que cada uno de los ciudadanos pudiera comprobar la conveniencia de seguir endureciéndola en los gimnasios habilitados por doquier. También se realizaban competiciones sorpresa para verificar este hecho en el supermercado, en la puerta del colegio de los hijos o en el autobús.
Con tantos recursos disponibles, continuar siendo blando rayaba en la criminalidad.
Pese a todo, la cara no debía ser demasiado dura en ningún caso ni contexto. Había normas específicas al respecto y se habían creado distintos métodos de medición para que cada uno de los ciudadanos pudiera comprobar la conveniencia de seguir endureciéndola en los gimnasios habilitados por doquier. También se realizaban competiciones sorpresa para verificar este hecho en el supermercado, en la puerta del colegio de los hijos o en el autobús.
Con tantos recursos disponibles, continuar siendo blando rayaba en la criminalidad.
Seguramente ya se han organizado las olimpiadas de cara duras, para comprobar que es un deporte practicado a nivel internacional... jajajajja
ResponderEliminarlo peor es que es uno de esos temas en que uno se ríe sabiendo que es cierto
:D
Lo peor es la dureza en las almas. Lo de la cara dura es más llevadero, con mandarlos a la porra o ignorarlos e incluso maldecirlos...
ResponderEliminarEl caso es que tienes razón, la dureza va predominando en la fábrica de la vida.
Besos
Iba a comentar este excelente post pero al ver tus dibujos, me quedo con ellos, son dulces y blanditos, tiernos, frágiles.
ResponderEliminarUn beso
Pues como la vida misma... Potenciar determinadas actividades, modelos, tendencias, actitudes para enmascarar lo auténtico, hasta que ya se pierde el rumbo...
ResponderEliminarY al final se ve como bueno o como normal lo que más conviene a quien convenga.
Besitosss
... y vamos por ahí caminando por la vida rígidos y endurecidos, hasta que de tanta severidad e inflexibilidad terminamos nuestros dìas como fierros viejos: quebradizos y enmohecidos.
ResponderEliminarEsta mañana me he levantado, precisamente, pensando en algo relacionado con esto que has escrito. Y con ciertas paradojas. Por ejemplo, cuano más rígido es el pensamiento, más blandito tiende a ponerse el cuerpo. Curioso.
ResponderEliminarTe invito a mi fiesta
ResponderEliminarHe vuelto a entrar y tus dibujos del margen me parecen preciosos.
ResponderEliminarUn beso